sábado, 27 de febrero de 2010

Carta 0

De alguna forma, la naturaleza humana es autodestructiva; siempre se trata de llegar o probar una idea, un deseo que haga de sus vidas más placentera o miserable al extremo, los adjetivos o fines no importan en realidad. La vida humana se fundamenta en el hecho de sentir; algunos quieren llorar para siempre, otros reír y algunos simplemente estar mirando; lo que implica aquello de que nada es un accidente, nada puede serlo porque constantemente lo buscamos.

No es que seamos masoquistas al momento de sufrir, o que nos guste. Es nuestra tendencia. Claro que el sometimiento es un aspecto totalmente diferente, va contra nuestra naturaleza; aun así, siempre buscaremos sentir aquello que anhelamos, no por tenerlo, por sentirlo. La mejor prueba de ello es que existen personas que no son sometidas y aun así son felices o tristes. Sin embrago siguen andando un camino incierto hasta cierto punto.

Las innumerables escusas para nuestras acciones solo argumentan que somos totalmente emocionales. La vida es una máscara porque nadie en toda su vida se dará respuesta a su existencia, siempre habrá algo más, y por ello nos entregamos a nuestros sentimientos. No existe una verdadera personalidad, no existe una verdad absoluta, no existe el amor como tal, pero sabemos que existe y queremos sentirlo, y nos disfrazamos de lo que somos.

En un principio quise contar una historia completa, de cómo llego a mi aquello que buscaba en una mujer, creo que el momento no es el correcto, las circunstancias cambiaron en su forma pero no en sustancia. Como el ya renombrado Renato Cisneros yo también quede damnificado, casi sin aliento cuando Miriam se fue. Es como si en un retrato solo hubieran quedado trazos que apenas figuran un rostro o tal vez algo más. Como si al cielo le hubieran quitado las estrellas y luz, como si solo quedase la ropa que alguna vez fue usada en un momento de felicidad, allí tirada en tu cama. Creo que la mejor manera de explicarlo es diciendo que solo quedo una foto digital en un pantalla, ni siquiera se puede tocar. Lo peor de todo es que aun aquello que quedo es suficiente para demostrarle a ella que soy lo suficientemente hombre, no para superarlo pues es mentira aquello que simplemente paso y a seguir caminando, sino demostrar que aun se puede realizar una utopía, que aun se puede alcanzar un sueño.

Ahora debo agregar, después de un nuevo acontecimiento. Que felizmente la seguiré amando pese a mucha razón y sentimiento. A decir verdad aquello de ser maduro y seguir conversando de ideas o pensamientos “adultos” con la mujer que amas y ya no está más en tus brazos, me parece una de las mas grandes mentiras. O aquello de ser completamente sentimental y que para no hacerte más daño, dejar lo todo y olvidar o que el tiempo lo arreglara, también me parece falsedad de las falsedades y hasta tonto. Yo quiero mantener esto en mi corazón y seguir escribiendo poemas diciendo que lo mejor que me ha sucedido es ella, y que si tengo que dejarla para que sea feliz, lo hare sin remordimiento y decirle que siempre siga a su corazón, que confié en ella y siga caminando, siempre la amare, que si vuelvo a ver una “sonrisa” en su rostro sabré que hice lo verdadero. Mi felicidad está en su corazón emocionado e inevitablemente observare. ¿Que si la esperare? ¿Qué si esperare un milagro? Es algo que esta demás anunciarlo.

Quisiera estar con ella una vez más y decirle que todo está bien, que lo que haya hecho no fue cosa de las circunstancias, fue cosa del corazón, y que haga lo que tenga que realizar, que si necesita algo no estaré lejos, que solo tiene que mirarse y darse cuenta que aun tiene la luz en su mirada, que me enamore de ella y eso no es para estar triste

Aun quedan muchas cosas que decir, pero por ahora es suficiente…

sábado, 13 de febrero de 2010

COMO ENAMORARSE Y AMAR


I- “El secreto de enamorar a una chica”

Es extraña la manera como las respuestas vienen a tu mente. Mientras estas caminados hacia la escuela, hacia la plaza de armas de la ciudad, tratando de salir de la combi, riendo como un loco después de un chiste, besando a una chica. Sea como fuese sabes que es la respuesta correcta pues ni siquiera tu mente puede refutar la lógica de tu corazón; a veces ni siquiera tienes que hacer esa prueba, solo comprendes la situación. Aunque mi historia es un tanto complicada, quisiera que aunque sea una sola persona pudiera resolver el por qué de mis decisiones.

Ah lo largo de mi vida eh tenido la certeza de poder comprender algunas de las acciones humanas (mejor dicho de las mujeres). cuando quise comprobar mis ideas sobre “cómo enamorar” a una “niña” tuve éxito. Digo “éxito” porque comprobé que las respuestas – en palabras- a preguntas decisivas como por ejemplo ¿si alguien llega tarde a una cita? ¿No iras corriendo a buscarlo? la respuesta demuestra el sentimiento de una chica. Pero tal vez me dejé llevar por aquella situación y no preví que aquello me sucedería a mí.

Cuando tuve algo de valor para comprobar mis ideas, pero esta vez con acciones, también obtuve relativo éxito; tratar de comprender la mente de una mujer es imposible, bueno tratar de comprender cualquier mente es muy complicado, no obstante cuando se quiere enamorar a una chica, no es que se quiera comprenderla, sino hacerle saber que hay alguien que escucha y que trata de comprender. Cuando se llega ese nivel solo se necesita de un paso para estar dentro o fuera de una relación. Casi siempre eh llegado a ese nivel, pero tal vez haya sido Karen la primera en darse cuenta de mis acciones en cuanto al “amor”, ¿Qué sucedió? Simplemente corto toda relación amistad y hasta presencia entre nosotros, ¿si me lo merecía? Pongámoslo desde este punto de vista, si ella no se daba cuanta yo no sería cuidadoso con mis acciones ni emociones en el futuro. Me dolió mucho y desde entonces jure no volver a llorar por una mujer- dato curioso, nunca jures nada- tal vez mi vida hubiera sido un gran desastre desde entonces, no porque alguien se halla dado cuenta de parte de mi personalidad, sino porque hubiera tratado de que mis acciones, en cuanto a enamorar a una mujer, tendrían que ser precisas- demasiado exactas- hubiera sido un sínico y miserable.

Aun lo recuerdo, recuerdo el ultimo día de labores en el colegio, cuando converse con Elizabeth sobre aquello tan extraño del “amor”- en este punto debo decir que estaba enamorado también de ella- me dijo que era lo suficientemente tímido para llegar a un siguiente nivel, bueno ese fue su punto, por supuesto que me quede helado; tanto que voltee a verla directamente. Desde entonces le tengo un gran aprecio que va más allá del enamoramiento.

Hasta ese momento, solo había hecho intentos de enamorar a una mujer, y a mujeres que conocía de un buen tiempo. Cuando ingrese a una academia preuniversitaria – consejo: si tienen la posibilidad de estudiar solo en su casa, ¡hágalo! Seria hasta más productivo- hice lo mismo con resultados muy parecidos, fue entonces cuando comprendí lo complejo que puede ser un adolescente, pero era hora de estudiar, asique deje el asunto por un buen tiempo.

La universidad es un lugar donde todo parece ser muy radical, pareciese que cada persona quisiera imponer su personalidad sobre las demás, o por lo menos eso se deja notar en el primer año, así que para un chico tímido como yo significaba estar en la competencia, pensé ¿Qué tan diferente seria del colegio?. No hablare sobre el punto estudiantil, o perspectivas de tratar de cambiar al mundo, que se daban en ese primer año, me centrare en eso del enamoramiento, y como era de predecirse, me enamore de una manera casi somnolienta- tal vez ahora piensen que soy un tipo fácil de enamorar, bueno soy fácil de impresionar sin embargo allí me ayuda mi timidez, no me lanzo a mi primer sentimiento como un loco- llamémosla Adriana, una mujer por lo demás encantadora, no tenia comparación en cuanto a sus emociones, una sencillez tal que no tenia remordimientos al contarte un secreto, sabia darse cuenta muy fácilmente en quien confiar, y como yo siempre entrego ese deseo ella confió en mi. Pocos días después me entere que tenía enamorado… recuerdo esa tarde, llovió y yo en cima del balcón viendo a todas aquellas personitas abajo. Entonces me dije “si esto es en realidad cosa del tiempo entonces el tal, digámosle Miguel, no interferiría en nada, pero pronto vislumbré que lo que sentía por Adriana era un descubrimiento, era como encontrar una historia que jamás se haya sido contada, que solo existe en las mentes más privilegiadas del mundo, era como un sueño real y yo sobrepase los limites al observarla y hacerme su amigo. Con Adriana, después de un tiempo, no quise tratar más de querer impresionarla o algo parecido, quería conocerla, aun quiero saber sobre ella. Estaría de más decirles que también tuve éxito, aunque esta vez el que perdió fui yo.
Fue entonces cuando se presento una situación que jamás podría podido prever.

-Lucia ¿podrías prestarme tu borrador?- le dije en las clases de cálculo, no recuerdo con exactitud si ella me lo dio o fue llamémosla Marian, es curioso como algunas partes de tu memoria se borran y parecen espejismos de algún sueño. Pero ese día fue más que un espejismo, ese día marco mi decisión de ir a un siguiente nivel, no lo sabía en ese entonces, pero sería la mujer que cambiaria mi vida hasta ahora, quise sobrepasar solo por ella ese límite y conocer que había después, tiene una sencillez y potencia tan impresionante.

Como dije en un primer momento, espero que alguien, aunque sea una persona pueda comprender el significado de mis acciones para con ella, tal vez me ayude a mí a comprenderlas también.